¿Cómo convertir las tareas diarias en gratificantes?
Hoy estaba en la cocina acabada de almorzar. La procrastinación no es precisamente lo que deseo, pero allí estaba, frente a una montaña de ropa que aguardaba pacientemente por su turno en la tabla de planchar. Aunque suene un tanto trillado, la excusa de economizar energía en lugar de enfrentarme a la tarea de planchar estaba empezando a parecer un tanto pasada de moda. Claro, es innegable que solo plancho lo estrictamente necesario (y en eso mantengo mi firmeza). De todas formas, esta pila de prendas llevaba ya cuatro días en su lugar, y justo casualmente, ¡hoy es viernes! Eso me recordó que había decidido declarar un día de limpieza general (heredado de mi mamá), lo que implicaba enfrentarme a una decisión: la pila de ropa no estaba bien ahí. No se trataba solo de esconderla momentáneamente, ¡no, señor! La resolución era inevitable, le había llegado su turno.
En ese momento, recordé una técnica infalible que puede aplicarse a cualquier situación. Si no resulta apta para alguna ocasión específica, no hay problema, siempre hay otras opciones en el vasto universo de estratagemas. Regresando al tema de la estrategia, se trata de fusionar lo que te da placer hacer con lo que debes hacer. Con estos ejemplos se entenderá más:
1. Planchar mientras disfrutas de tu serie o película.
2. Ir al trabajo mientras escuchas un interesante pódcast.
3. Hacer ejercicio al ritmo de esa música que te motiva.
4. Utilizar la caminadora mientras disfrutas de hacer scroll en tiktok.
Con humildad reconozco que esto es precisamente lo que yo hago, razón por la cual te lo describo de esta manera. Sin embargo, me gustaría invitarte a compartir tus propias experiencias y desafíos en la sección de comentarios. ¿Qué actividades te cuesta más realizar? ¿Cómo las abordas? ¡Compartamos sabiduría!
En mi caso, no me gusta sentarme a ver una película cuando sé que debo hacer otras cosas que son mi responsabilidad, pero cuando convino ambas cosas ya eso deja de ser molesto y lo disfrutó porque no me recrimino el postergar si lo acompaño así. Sería como aprovechar un 2×1.
¿No es esta perspectiva donde ambas cosas ganan? ¿No te parece mucho más productivo que simplemente recostarte en el sofá a mirar? Personalmente, creo que sí, y apuesto a que, si más de nosotras abordamos las tareas de esta manera, ¡nos gustará más al final de la jornada!
Ojo, no estoy diciendo que no tenemos derecho a descansar en el sillón, pero llevémoslo a nuestras obligaciones, lo que tenemos que hacer, yo mencione la ropa porque esa es una tarea que me toco en la separación de actividades cotidianas, pero llévenlo al campo que prefieran.
Nadie dice que lo que no nos gusta tanto lo tenemos que sufrir, mejor hacerlo diferente y todos contentos, no es tan complicado, es más simple de lo que pensamos, pero pensemos.
Estoy ansiosa por leer tus comentarios y conocer tus propias estrategias. ¡Compartamos nuestras vivencias y hagamos de cada día una oportunidad para crecer y disfrutar al máximo!